En esta página queremos hablar de las leyendas históricas que hay sobre Estremera, de los hechos o sucesos que tradicionalmente se han tenido como ciertos pero que históricamente no lo son o no hay evidencia documental o arqueológica sobre ellos y el sentido común, analizando el entorno histórico, así nos lo indica.
Hay otro tipo de leyendas referidas a duendes, brujas y fantasmas que aquí no vamos a tratar, puesto que de ellas se pueden encontrar información en la página de la representación de la Leyendas Estremerenses.
La Leyenda de la Fundación de Estremera
Cuenta la leyenda que nuestro pueblo se fundó en tiempos de la Reconquista, hacia el año 1006, poblándose con vecinos de Annos, Casasola y Santiago de Vilillas, pueblos, que en su día sirvieron como muradal en la Reconquista de la ribera del Tajo entre los ejércitos árabe e hispanos.
Annós, del que solo queda en pie algunos muros de su iglesia, está situado en la cadena Montañosa que bordea el río Tajo por el margen derecho, entre Brea de Tajo y Driebes, y hoy perteneciente al término municipal de Almoguera (Guadalajara), la leyenda dice que sus habitantes lo abandonaron porque se lo comieron las hormigas. De Casasola se dice que fue un pueblo guerrero situado al sur del río Tajo, en medio de una zona semidesértica; actualmente no quedan vestigios, solo un cerro que lleva su nombre; en la Iglesia parroquial se conserva un Cristo medieval de gran tamaño, que es conocido por el nombre de «El Cristo de Casasola». De Santiago de la Vililla poco dice la leyenda, estaba situado en una loma cerca del tajo en la provincia de Guadalajara y actualmente solo quedan visibles algunos cimientos de los muros de su pequeña iglesia.
Para entender está leyenda debemos tener en cuenta que en el año 1006 el territorio o zona donde se asienta el pueblo pertenecía a los musulmanes del Califato de Córdoba, que en el año 1031 formó parte del reino o taifa de Toledo y que no pasó a manos cristinas hasta 1085 con conquista de ésta ciudad por parte de Alfonso VI. Es posible que en esa época de dominio musulmán existiera una alquería, pero no existe documentación alguna al respecto.
No conocemos cuando se gestó esta leyenda, puesto que en el siglo XVI, cuando los vecinos escogidos de la Villa de Estremera responden a las preguntas formuladas en las relaciones topográficas de Felipe II, manifiestan que no conocen datos sobre la fundación del pueblo ni hacen referencia alguna a esa fecha de 1006. Sin embargo en el siglo XIX el ilustre escritor Andrés Pérez Marín la incluye en su Guía de Madrid y su Provincia, en la descripción de Estremera, diciendo que la encontró "hojeando el empolvado archivo municipal"
Lo que si sabemos es que Estremera comenzó a repoblarse y creció como aldea de Almoguera durante la primera mitad del siglo XII. Después, Alfonso VII la incorporó al alfoz (término) de Alharilla cuando decidió repoblar y fortalecer su castillo quitándoles territorio a Oreja y a Almoguera. En 1172 pasó a manos de la Orden de Santiago por la donación del castillo de Alharilla y su alfoz, que realizó Alfonso VIII. En la bula fundacional de la Orden de Santiago de 1175, el Papa Alejandro III señala a Estremera, como propiedad de ella y de manera independiente al resto de posesiones, lo que indica que la aldea ya tenía cierta importancia. En 1182 el Maestre, D. Pedro Fernández de Fuencalada, en nombre del rey, le concedió fuero propio convirtiéndose en villa.
Por otra parte, sí está documentado que existieron las aldeas de Anós, Vilillas y Cabezalebrera (Casasola) y es muy probable que gran parte de sus habitantes viniesen a Estremera conforme se fueron despoblando en los siglos XIII y XIV, por ser ésta la villa importante mas cercana.
La dote de Zaida
Otra de las leyendas hace referencia a que la aldea de Estremera fue dada como dote a Zaida hija del rey musulmán de Sevilla cuando casó con el rey Alfonso VI.
Esta leyenda explica cómo paso la aldea musulmana a manos cristianas. Tiene su origen en las citadas relaciones topográficas de Felipe II que dicen "cuando el rey don Alonso de Castilla, el sexto, se caso con doña Zaida, hija del rey de Sevilla, ella se convirtió a nuestra santa fe, y se llamo doña Maria, le fue dado en dote con ella a la villa de Uclés y a Guete y a Ocaña y a Mora y a Estremera y a Oreja y a otros pueblos"
Sin embargo los historiadores actuales no dan por cierta la historia de la dote de Zaida, puesto que no fue hija de Al-Mutamid, rey de Sevilla, sino nuera, llegó a la corte de Alfonso VI huyendo de los almorávides y solo fue su concubina dándole un hijo, el infante D. Sancho que murió joven en la batalla de Uclés.
No obstante, en la documentación de la época en ningún caso se cita a Estremera como incluida en dicha dote. Por tanto el territorio de Estremera, lo que hoy es su término municipal, después de varios siglos de dominio musulmán y perteneciendo desde 1031 a la taifa de Toledo, pasó a manos cristianas en el año 1085 con la toma de la ciudad de Toledo demás territorio por Alfonso VI. La población mozárabe que hubiera en él permanecería, aunque con la posterior invasión almorávide y la conquista por éstos de los castillos de Oreja y Uclés se despoblaría toda la zona
La Estremera carpetana
Otra leyenda, poco conocida es la que se cuenta en el Diccionario Geográfico Histórico de la España Antigua Tarraconense Bética y Lusitana, publicado en 1836, que también recoge Pascual Madoz en su celebre Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España de 1847, e incluso aparece en el Diccionario Enciclopédico Salvat de 1935. En ellas se dice que Etelesta, ciudad carpetana citada por Ptolomeo en sus tablas, corresponde a la actual Villa de Estremera. Esto querría decir es que la antigüedad y la importancia de nuestro pueblo es mucho mayor de la que pensábamos, por lo menos del siglo III a. c.
Cierto es que nuestro pueblo está cerca del Tajo, alrededor del cual se concentraban los carpetanos, pero si hubiera existido en esa época y con importancia tal que Ptolomeo y Plinio hablaran de ella, hubiéramos encontrado restos arqueológicos, cosa que hasta la fecha no ha sucedido.
Los encuentros amorosos de la Princesa de Éboli
Ana Mendoza y de la Cerda, Princesa de Éboli, primera duquesa de Estremera y de Pastrana (n 1540 en Cifuentes, m 1592 en Pastrana) visitaba este Palacio en numerosas ocasiones, desplazándose desde su residencia de Pastrana, distante algo mas de 8 leguas. Dice la leyenda, aunque no está probado que aquí se reunía con Antonio Pérez e incluso con el Rey Felipe II, para sus encuentros amorosos. |